AD HOGAR ALCARREÑO SAD

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Más de 50 años marcando goles...

Ayer, la Fuente de la Niña fue escenario de una de esas tardes de fútbol que se graban a fuego en la memoria. El Hogar Alcarreño recibió al Cabanillas B en un encuentro de alta tensión, y lo que siguió fue una exhibición de casta, oficio y corazón que culminó en una remontada épica. Con gran parte del partido jugando con un hombre menos, los blanquiazules forjaron un triunfo por 2-1, una victoria sufrida, trabajada y, precisamente por eso, doblemente celebrada.

El partido comenzó con un Hogar ambicioso, dispuesto a dominar el esférico e imponer su ritmo. Sin embargo, cuando el guion parecía escrito, llegó el giro dramático. En los compases iniciales, una expulsión por roja directa dejó al equipo local con diez efectivos sobre el césped. Un mazazo inesperado que podría haber hundido a cualquiera, pero no a este Hogar.

Lejos de venirse abajo, el equipo reaccionó con una madurez asombrosa. Reorganizó sus líneas, ajustó la estrategia y exhibió un coraje de titanes ante la adversidad. Tanto es así que, pese a la inferioridad, el Hogar no solo contuvo al rival, sino que terminó dominando el tramo final de la primera mitad. Incluso acariciaron el gol con un tanto de Paul que el colegiado, con una decisión anuló por fuera de juego. El marcador reflejaba un 0-0 al descanso, pero la sensación era clara: el Hogar, incluso con diez, estaba muy vivo y con ganas de pelea.

Tras el paso por vestuarios, el Cabanillas B, acuciado por la necesidad de sumar para escapar de la zona baja, salió con una marcha más. Y pronto encontraron el premio. Un centro preciso a la espalda de la zaga local fue conectado de cabeza, batiendo a Rubén a contrapié. El 0-1 subía al marcador y la tarde se tornaba oscura para los intereses blanquiazules.

Pero si algo define al Hogar Alcarreño es su carácter indomable. Con un jugador menos y el marcador en contra, el equipo se lanzó a la desesperada, buscando la gesta. Los cambios desde el banquillo aportaron aire y un impulso renovado. El dominio local se intensificó y la recompensa al esfuerzo no tardó en llegar. Una contra vertiginosa fue culminada por Paul, esta vez sí, con un remate ajustado que supuso el 1-1 y desató el primer estallido de júbilo en la grada.

El empate no sació al Hogar, que demostró inteligencia táctica. Gestionó los tiempos, jugó con los nervios de un Cabanillas B al que el reloj apremiaba y que empezaba a mostrarse impreciso. Los locales, oliendo la oportunidad, intensificaron la búsqueda del gol de la victoria. Y entonces llegó la obra de arte: Denis recibió en la frontal, levantó la vista y soltó un zapatazo antológico que se coló por la mismísima escuadra. Un golazo para poner el 2-1 y llevar a la locura a la Fuente de la Niña.

Los minutos finales fueron un ejercicio de resistencia. El Cabanillas B, con más corazón que cabeza, buscó el empate a la desesperada, pero se encontró con un Hogar Alcarreño que demostró oficio y unión para defender su valiosa ventaja. La defensa se mantuvo firme, el equipo luchó como uno solo y supo sufrir para amarrar tres puntos de oro, forjados en la adversidad y el espíritu de sacrificio.

Una victoria que sabe a gloria, un triunfo que refuerza la moral y la identidad de un equipo que demostró ayer que, incluso en inferioridad numérica, tiene la calidad, la garra y el carácter para competir y ganar. Tres puntos vitales para seguir mirando hacia adelante.

¡Aúpa Hogar! ¡Una tarde para recordar!

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